Hoy en día podemos encontrarnos con destinos turísticos de lo más peculiar, tanto que incluso algunos de ellos no están ni mucho menos recomendados por las guías de viajes tradicionales. Una de estas actividades, a las que hay un número relativamente importante de aficionados, es a visitar zonas en las que han ocurrido graves desastres, como pueden ser terremotos o atentados. De estos, la zona cero de Nueva York o la central nuclear de Fukushima (hasta donde permiten las autoridades llegar), así como la zona del gran Tsunami que asoló el sudoeste asiático son tan solo algunos de los ejemplos de lugares poco convencionales a los que la gente acude para hacer turismo.
Otros destinos extraños, y poco recomendables en realidad, son las zonas en las que en la actualidad se están produciendo conflictos armados, como pueden ser países en los que se están produciendo revueltas o guerras abiertas, poniendo en grave riesgo la integridad de los viajeros, pero que en realidad ellos hacen por gusto y por lo tanto en el caso de que se produzca algún problema no tendría porqué dar como resultado un asunto de índole internacional, como ha ocurrido en algunas ocasiones, cuando grupos armados han capturado a estos turistas y han exigido un rescate, o incluso han acabado con su vida. Es un riesgo que ellos han querido correr.