La ruta del vino alemana comienza a partir de la ciudad francesa de Wissembourg en Francia (A sólo 2 kilómetros de la frontera alemana), la gigantesca puerta Weintor, el portal del vino, construida en 1936 marca el inicio.
A partir de ahí la ruta se yergue por 80 kilómetros hacia el suroeste de Alemania, en la segunda región vinícola más importante de Alemania, conocida como El Palatinado y concluye en La Casa del Vino Alemana en Bockenheim.
El verano tardío y el otoño (octubre) son las mejores temporadas para poder apreciar la zona y el placer del buen vino, con los árboles cubiertos con los colores de las uvas y encontrar a los vinicultores cosechando y ser invitado a una bodega para probar la especialidad.
Más allá del vino, la zona es un pasaje con innumerables castillos y palacios como los que se levantan en el bosque del Palatinado. Dignos de mención, se encuentran la ruina del castillo de Wachenburg, llamado también el balcón del Palatinado, o la Villa Wolf, una casa de campo del mediados del siglo XIX, o el pueblo vinícola Freinsheim rodeado por un muro medieval.
Pero si la idea es visitar tiendas o museos, más al sur de la ruta se encuentra la ciudad de Neustadt, y la ciudad de Heidelberg también se encuentra no muy lejos.
Pasear por las orillas del Rin en bicicleta, también es una opción para regresar a la naturaleza, pues en agosto, la ruta está cerrada para vehículos motorizados, haciendo la experiencia más placentera para los peatones.